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PANDEMIA, CUARENTENA Y COMUNIDAD: UNA HISTORIA OLVIDADA



No cabe la menor duda que el impacto de la pandemia del Covid-19 está comprometiendo la economía y sociedad a nivel global. En nuestro país, cada vez son más las familias que sobreviven al aislamiento social dictado por el Gobierno peruano; corte de ingresos y los elevados costos de productos de primera necesidad, conllevan a una crisis familiar tanto en la ciudad como en el campo.

La prensa (sean los medios o canales que transmiten sus alertas sobre esta crisis sanitaria) proyecta numerosos casos de desobediencia a las normas para la prevención a la propagación del coronavirus. Diariamente, desde que uno despierta, ya está rodeado de casos y más casos sobre aquellas personas que no obedecen la cuarentena ni el “toque de queda” que ocurren en los barrios, pueblos y ciudades. Pero, ¿qué información tenemos sobre las comunidades campesinas en este álgido contexto? Poco, por no decir casi nada. (1)

Llama la atención que esas pocas noticias o informes sobre la “cuarentena y las comunidades campesinas” destacan solo la preocupación de éstas para no contraer el virus. Por ejemplo, el diario La República destaca las medidas que tomaron varias comunidades de Apurímac con el bloqueo de sus fronteras con cadenas, maderas y piedras… por temor al ingreso de personas provenientes de otras ciudades, sobre todo, como Cusco y Lima (2). Asimismo, tenemos noticias sobre las comunidades nativas de la Amazonía que están desprotegidos por la falta de presencia del Estado que, pese a esto, buscan los medios necesarios para afrontar esta crisis (3). Todas ellas nos dan un pequeño panorama sobre esta situación. Sin embargo, la prensa no hace las preguntas pertinentes, aquellas que son importantes saber, por ejemplo: ¿cómo afecta la crisis sanitaria en la economía comunal? ¿Qué consecuencias trae la migración de la ciudad al campo por este periodo de cuarentena?

Daremos respuesta a cada pregunta con base a la información que nos brindaron algunas personas que pertenecen a las comunidades que están localizadas en el área limítrofe entre los departamentos de Ayacucho y Huancavelica (4).


Ilustración 1 Comunidades fronterizas de Ayacucho y Huancavelica, 2020



Las comunidades comprendidas alrededor de la laguna Jatun Cocha -inscrita en la jurisdicción de Chakiqpampa- (5), se dedican a la agricultura y ganadería. Es así que, en estos meses de verano, en plena temporada húmeda, cosecharon papas, zanahorias y guindas mediante algunas formas tradicionales de trabajo comunal conocidas como ayni. Un ejemplo ilustrativo fue lo ocurrido el sábado 21 de marzo pasado, donde muchas personas de las comunidades de Chakiqpampa, Culluhuanca y Chupacc se reunieron en las tierras Yaccapampa para ayudar en la cosecha de dos hectáreas de tierras de papa de un comunero (ver Ilustración 1). La jornada empezó a las 5:00 a.m. y terminó a las 4:00 p.m., tiempo suficiente para cosechar dos chacras de papas de una extensión aproximada a las 3 hectáreas. La familia, dueña del producto, ofrecía alimentos, bebida y coca durante toda la faena, y al final de ella se entregaba una cantidad de papas como pago por el trabajo realizado. Y así fue el proceder de muchas familias campesinas en la cosecha de sus productos de la tierra en las comunidades citadas.

Al final de la temporada de cosechas, las familias campesinas separan una buena parte de lo producido para destinarlo a las ciudades de Huamanga, Ica y Lima mediante el transporte terrestre. La recolección puede hacerse en las mismas comunidades donde llegan los camioneros o, en algunos casos, los mismos comuneros llevan sus productos al paradero Arizona (ubicada en la carretera Los Libertadores) para depositarlos en los camiones. En ambos casos, las cosechas son destinados a los mercados de Huamanga, Ica o Lima.

Este pequeño ejemplo es un esbozo de un circuito económico comunal que se practica en muchas regiones a lo largo y ancho de nuestro país. No obstante, la crisis sanitaria y las medidas tomadas por el gobierno de turno, han afectado el mercado interno del cual dependen muchas familias campesinas. Cuyos productos cosechados están pudriéndose al no tener un mercado destinado para su consumo, los cultivos de zanahorias todavía aguardan a su cosecha, pero están encaminados a su deterioro por la abundancia de lluvias y, además, la falta del abastecimiento de productos procesados de primera necesidad (aceite, sal, azúcar, harina, entre otros) conllevan al uso y agotamiento de sus propias reservas. (6)

Igualmente, hay otra situación que afecta la vida comunal: la migración de la ciudad al campo. Muchas comunidades se sobrepoblaron y, hoy en día, nos deja un paisaje cotidiano y desalentador: visitantes y familiares que “escaparon” de las ciudades debido a la cuarentena, tomaron sus maletas y dinero para invertirlos en una estadía menos estresante y con poco control de la Policía y el Ejército. Debido a esto, estos “visitantes” han acaparado las pocas mercaderías que una o dos tienditas vendían en aquellas comunidades -similar al fenómeno ocurrido en las ciudades; están recorriendo algunos lugares en grupos a “hacer turismo”, organizan campamentos y fiestas. Y claro, algunos de los comuneros toman esta ola para naufragar en la rebeldía y malas actitudes frente a este contexto crítico.

Estos casos son pequeños y que, posiblemente, se están replicando en otras regiones de nuestro Perú.


Finalizamos con una llamada de atención a esta problemática, a este rincón, esperando que nuestras comunidades no sigan con la etiqueta de “historias olvidadas” y, más bien, sea un motivo fuerte para adentrarnos a conocer sus batallas, enseñanzas e historias para aprender y retomar las prácticas comunales -estudiadas y adoptadas, previamente- a nuestra sociedad peruana cada vez más modernizante. Entonces, ¿qué hacer?

¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.


Notas:
(1) Al publicar el texto en este día (01 de abril de 2020), salió un informe en SER.PE sobre la misma situación en las comunidades de Ayacucho. Ver: http://noticiasser.pe/informe/ayacucho-pequenos-agricultores-y-ganaderos-no-pueden-comercializar-productos
(4) Esta zona elegida se debe a que conocemos el lugar y tenemos amistades y familiares que nos alertan sobre este contexto.
(5) La comunidad de Chakiqpampa queda localizada en el distrito de Vinchos, provincia de Huamanga, departamento de Ayacucho. Tiene una altitud de 3266 msnm.
(6) Queda pendiente muchos cuestionamientos sobre el tema y, en especial, si este circuito económico es la más rentable para las comunidades campesinas, en donde el valor económico de sus productos es determinado por los intermediarios, quienes son los únicos ganadores en este mercado.

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